martes, 23 de diciembre de 2014

13.caballeros y tortugas

Alargo mi estancia en Candidasa unas noches más. Aquí se goza de mucha tranquilidad, no se parece a ningún otro sitio en los que he estado hasta ahora en Indonesia. Aprovecho para relajarme, meditar, descansar, coger fuerza, disfrutar de la paz y de los parajes naturales. 

Los días comienzan pronto, con desayunos copiosos hacia las ocho de la mañana. La cocinera prepara algún arroz o fideo con verduras y pollo, algún caldo, también hay tostadas, cereales o fruta. Tomo asiento en la terraza con vistas al mar, todavía con la mente algo dormida. Mastico y saboreo, a veces compartiendo una simple conversación con alguno de los huéspedes. 

Bajo unas escaleras directas al mar, practico snorkle y observo durante largas horas los cientos de algas, corales y peces distintos que hay. Es alucinante cómo la naturaleza logra crear formas tan extrañas, dibujos tan perfectos, colores tan brillantes. "Aquí vuelve a haber magia", pienso, mientras me propulso lentamente con brazos y piernas, sin parar de descubrir cosas nuevas. 


Escalera del hotel al mar

Voy al centro del pueblo, en un taxi que el albergue pone de manera gratuita o andando. Allí la playa es de arena, negra, pero de arena. Un camino de rocas divide la playa en dos partes. Lo sigo, hasta el rompeolas, donde hay instaladas una especie de porches asiáticos, uno a cada lado. Allí quedan los grupos de amigos o las parejas para ir a charlar un rato. Yo me distraigo viendo pasar los cangrejos de roca en roca. Son grandes, también negros. Según poso un pie, todos los que están a un par de metros desaparecen de mi vista. Hablo con los lugareños sobre dónde puedo encontrar una playa de arena blanca, con el agua clara y mucha vida marina. 

Un taxista me ofrece ida y vuelta a la mejor playa de Candidasa, Perasi. Después de regatear, consigo un buen precio y acepto. Subida en su moto, ascendemos por pronunciadas curvas toda una montaña, luego la bajamos y seguimos por la carretera hasta meternos en un desvío hacia una aldea. Animales, niños, adultos, ancianos; todos comparten un gran patio de arena para pasar el rato. Yo los miro sonriente, contenta de encontrar esta playa y a sus auténticos aldeanos. 

El contraste entre la negra roca de las montañas, la frondosa vegetación, la arena blanca y el agua turquesa, recrean un paraje idílico. Extiendo la toalla delicadamente sobre un lugar alejado de los varios "warungs", o chiringuitos, que hay instalados. Me siento en ella, respiro hondo mirando al mar y pienso "no podía ser más perfecto". Cojo mis gafas y me dirijo al agua, totalmente convencida de que ésta va a ser la mejor experiencia submarina que he tenido nunca.


Playa de Perasi, cerca de Candidasa

Wayan es un hombre que se gana la vida ofreciendo varios servicios a los turistas. Quiere llevarme con su barca a una isla cercana para ver tortugas. El precio es algo elevado, así que decido nadar a mi aire por los alrededores. Sumerjo mi cuerpo una y otra vez para coger estrellas de mar o caracolas y poder observarlas desde bien cerca. Wayan aparece a mi lado, a él también le encanta el mar y los dos vamos señalando todo aquello que nos parece interesante o precioso.

Al salir del agua, Wayan y otros hombres se preparan para embarcar hacia la pequeña isla. Me invitan a ir con ellos gratuitamente, dicen que no tardaremos más de dos horas; así que no me lo pienso dos veces, me levanto y cojo mi mochila rápidamente. La excursión hacia allí es maravillosa; mientras contemplo la costa sureste de Bali me dan a probar el vino de arroz y escuchamos música indonesia. Pronto me encuentro nadando entre bonitas y tímidas tortugas, algo realmente inolvidable. 

Ya de vuelta a Perasi, debo despedirme; ya que el hombre que me trajo a la playa está de vuelta para devolverme al albergue. Wayan quiere que vayamos esta noche a un local donde hay música en directo, en el centro de Candidasa. No dudo en aceptar su propuesta, así que cojo su tarjeta y prometo llamarle sobre las siete. 

No entiendo por qué nunca me había gustado el sabor del mango. Es la fruta más deliciosa que he probado aquí, así que quizá se deba a un cambio en mis papilas gustativas, o simplemente los mangos indonesios sean más ricos que los que compra mi madre en la frutería de mi pueblo. El caso es que regreso al albergue y me encuentro otra vez frente al mar, esta vez sobre una cama balinesa, descansando y saboreando unos deliciosos mangos

Mi compañera de habitación, Miriam, es una chica suiza de tan sólo veinte años. A pesar de ello, mantenemos buenas conversaciones en las cuales incluso puede darme consejos que otras personas de mi alrededor jamás darían. Claro que, el modo tan simplificado en el que se explica un problema a un desconocido y la objetividad con la que ese lo valora, conllevan a dar una solución o una conclusión mucho más directa. 

También hay muy buena relación con todo el personal del hotel, a decir verdad. Especialmente con Ania, una de las hijas de los propietarios. Ania tiene nueve años, actualmente no va al colegio porque tiene vacaciones, así que pasa los días en el hotel que más le gusta, ya que sus padres tienen varios esparcidos por el país. Habla siempre de su padre como si fuera su ídolo, en menos de un minuto puede nombrarlo hasta cuatro veces. Ella es muy inocente, tierna, dulce y vulnerable. A veces la miro y quisiera ser ella en ese momento. 

Una tarde, su padre se dirige a mí para saber mi opinión sobre sus hoteles. En Jogjakarta estuve alojada en uno de los suyos, así que contrasto mis dos experiencias y a él le resulta muy útil, o al menos eso dice. Seguidamente, hablamos de mi próximo destino, Ubud, para el cuál también ofrece alojamiento, además de transporte gratuito hasta allí. Le tomo la palabra, puesto que en estos días he relajado tanto la mente que no he sido capaz ni de seguir organizando lo que al viaje concierne.

Voy hacia el centro para reunirme con Wayan. Lo llamo y en seguida acude. Viene vestido como si tuviera una cita con una chica, además, huele muy bien. Entonces entiendo que la chica soy yo y rápidamente activo el modo contraataque. 

-Do you want to go to the beach, to see the stars...?-dice Wayan-
-Not really... I prefer to go to the bar and have something to drink before the music starts!-contesto firmemente, sin lugar a nada más que objetar-

Así que caminamos hacia el bar, donde todas las mesas están llenas de gente cenando. Pedimos una cerveza y nos sentamos justo al lado del escenario. Empezamos a hablar sobre diversos temas, aunque él no habla ni entiende mucho inglés. Mejor ocasión para sacar el diccionario y practicar indonesio. Aprendo mucho, aunque no sé si mañana voy a recordarlo todo. Poco a poco noto que voy defendiéndome más y eso me hace sentir muy bien. 

Wayan roza mi espalda, lo cual no me hace sentir nada cómoda. De manera que, para no alargar más esta situación, le explico que mi intención al quedar con él no era la misma que la suya, por lo visto. Pido que hablemos como hasta el momento habíamos hecho, sin ningún acercamiento. Y para mi sorpresa, Wayan entiende perfectamente mi postura y se comporta como un amigo durante el resto de la velada. Los dos cantamos, aplaudimos, pedimos temas de nuestros cantantes favoritos y seguimos tomando cervezas. Finalmente, el taxi del hotel viene a buscarme y se termina mi última escapada por Candidasa. 

4 comentarios:

  1. q ligona la sister! estás q rompes! partiendo la pana! jejejje
    te echo muuuucho d menos

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    1. jajajjaa si lo hubieras visto... es que aquí liga cualquiera, sólo por ser blanca ya te ven atractiva...

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  2. Nena guapaaa!!!Bon Nadal!!! Como me gusta tu blog!!! Ya estas en mi islita!!! Cuando hayas pasado por Ubud q es muy mistico y turistico, si vuelves al sur y necesitas playa coge un Barco en Sanur (con locales) y visita las islas de Nusa Lembongan y Nusa Ceningan. No te preocupes por la habitacion, llega, busca, compara y regatea. Siempre igual!!! (Comida, estancia, transporte) T'Estim!!!
    Y espero el proximo capitulo!!!

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    1. Ey!!! y tú por dónde andas, payesita de mi corasón? jajaj pues no te preocupes, que cuando te he leído ya estaba delante del mar en Nusa Lembongan!! te mando mil besos y un silvi-abrazo!!disfruta de tu viaje!!

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